Cuando alguien sufre un accidente cerebrovascular (ACV), la recuperación funcional depende de terapia física, estimulación motora, rehabilitación cognitiva. Pero lo que ahora está transformando este escenario es la IA aplicada al seguimiento de la recuperación, adaptando ejercicios, midiendo progresos minuto a minuto, personalizando rutinas con base en datos reales.
¿Qué está pasando hoy?
Sistemas de monitoreo (sensores de movimiento, wearables, cámaras) capturan cómo se mueve el paciente y dónde tiene debilidades.
La IA analiza esos datos y propone ajustes en tiempo real: si el brazo no levanta bien, modifica el ejercicio; si el paso es inseguro, sugiere ayuda.
Gamificación + realimentación visual: el paciente ve sus avances gráficos, se motiva y prolonga adhesión.
Este enfoque reduce complicaciones, acelera mejoras y ayuda a que la rehabilitación no sea “genérica”, sino acorde al verdadero estado neuronal de cada persona.
¿Por qué es una revolución?
Optimiza recursos: fisioterapeutas usan su tiempo donde más importa.
Maximiza resultados: la personalización basada en datos reales produce saltos de progreso.
Escalabilidad: puede llevarse a telemedicina o comunidades lejanas.