La dieta nórdica o escandinava es un patrón alimentario originario de países del norte de Europa como Suecia, Noruega, Dinamarca e Islandia. Se basa en el consumo de productos locales, frescos y de temporada, dando prioridad a alimentos mínimamente procesados y sostenibles.
Entre sus ingredientes principales se encuentran pescados grasos como el salmón y el arenque, cereales integrales como la cebada y el centeno, frutos del bosque, vegetales de raíz, legumbres y productos lácteos fermentados. También incluye carnes magras, especialmente de caza, y un uso moderado de aceites vegetales como el de colza.
Principales beneficios de este estilo de alimentación:
-
Corazón saludable: Gracias a su aporte de ácidos grasos omega-3 y fibra dietética, esta dieta puede ayudar a reducir la presión arterial, mejorar los niveles de colesterol y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
-
Bienestar emocional: El alto contenido de micronutrientes como magnesio, hierro y vitaminas del grupo B favorece la función cognitiva y puede contribuir a una mejor salud mental.
-
Control de peso: Al evitar azúcares refinados y grasas saturadas, esta dieta puede facilitar una pérdida de peso gradual y sostenible.
-
Prevención de enfermedades: Su riqueza en antioxidantes naturales, presentes en frutas y verduras coloridas, puede proteger las células del daño oxidativo y disminuir el riesgo de algunos tipos de cáncer.
En definitiva, este modelo alimenticio promueve un estilo de vida saludable y consciente. Aunque sus beneficios están respaldados por la ciencia, es recomendable adaptar cualquier dieta a las necesidades individuales con la orientación de un profesional de la salud.