Las enfermedades crónicas son aquellas enfermedades de larga duración que progresan lentamente y que a menudo son incurables, aunque sí son tratables. Estas enfermedades pueden afectar a personas de todas las edades, pero se vuelven más comunes a medida que las personas envejecen.
Entre las enfermedades crónicas más comunes se encuentran la diabetes, la hipertensión arterial, la enfermedad cardíaca, el cáncer, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la enfermedad renal crónica. Estas enfermedades pueden ser causadas por una combinación de factores genéticos y ambientales, incluyendo:
- Estilos de vida poco saludables, como la falta de actividad física, una dieta poco saludable, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
- Factores ambientales, como la exposición a la contaminación del aire o la falta de acceso a agua potable.
- Factores genéticos, que pueden hacer que algunas personas sean más propensas a desarrollar ciertas enfermedades crónicas que otras.
- El envejecimiento, que puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades crónicas.
Es importante recordar que aunque algunas enfermedades crónicas no se pueden curar, se pueden tratar y controlar para mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de complicaciones. Las probabilidades de tener una enfermedad crónica a lo largo de la vida varían dependiendo de muchos factores, incluyendo la edad, el género, la raza, el estilo de vida y los antecedentes familiares. Algunas enfermedades crónicas son más comunes en ciertas poblaciones que en otras.
Por ejemplo, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), la mayoría de las personas mayores de 65 años tienen al menos una enfermedad crónica, y aproximadamente el 80% de las personas mayores de 55 años tienen dos o más enfermedades crónicas.
En general, se estima que el 60% de todas las muertes en el mundo están relacionadas con enfermedades crónicas, lo que demuestra la prevalencia y el impacto significativo de estas enfermedades en la población.
Es importante destacar que muchas enfermedades crónicas se pueden prevenir o retrasar con un estilo de vida saludable, lo que incluye mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, comer una dieta equilibrada y nutritiva, no fumar, limitar el consumo de alcohol y controlar el estrés.